Las mandíbulas del quelonio, Chelydra serpentina
Artículo escrito por: Xinquer
Las fotografías que ilustran este documento fueron tomadas en Louisiana (Estados Unidos) por Shara Rogers durante el verano de 1.999; más tarde estas impresionantes instantáneas fueron adquiridas por Bios para su Stock photos.
En esta ocasión es nuestra intención mostrar visual e informativamente los por mayores de la vida de las Chelydra serpentina que habitan este estado norteamericano.
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Chelydra serpentina |
Las aguas poco profundas y lodosas esconden en ocasiones un peligro acechante; con unas mandíbulas extremadamente robustas y fuertes, Chelydra serpentinaespera pacientemente a que sus presas preferidas se acerquen lo suficiente como para poder atraparlas en un fugaz movimiento.
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Todo un superviviente de otras épocas |
Cualquier presa es buena para ser elegida por esta peculiar Tortuga, aparecida sobre la tierra hace ya 35.000.000 de años. De ahí su sospechoso parecido con los Saurios y su anatomía primitiva, lo que le otorgan el título de “Fósil viviente”.
Su largo cuello, potentes mandíbulas, musculosas patas y fuerte coraza la convierten el un feroz competidor, temido por todos aquellos que comparten con ella sus ríos, lagos y otros entornos de agua dulce.
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Algunas de sus presas son imponentes |
Agresividad y depredación son solo un eufemismo para referirme a este quelonio. Chelydra se atreve a capturar presas que ningún otro depredador de su entorno salvo su pariente más próximo se atrevería a molestar; sus fuertes mandíbulas, le permiten sujetar con extrema firmeza a las presas más vigorosas, siempre respaldada por su gran envergadura y peso.
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Un cazador silencioso y letal |
Su técnica de caza no difiere mucho de la utilizada por Cocodrilos y Caimanes; espera inmóvil con extrema paciencia sumergida a la espera de que cualquier presa se ponga a su alcance, confiando en su excelente camuflaje. Un rápido movimiento de su cuello impulsado por sus vigorosas patas concluye un fugaz e implacable ataque por sorpresa. La retirada bajo las aguas acaban con la vida de la desafortunada víctima, en una mezcla de pánico, asfixia y dolor.
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Una vez apresada, la víctima tiene escasas posibilidades de sobrevivir |
Chelydra serpentina comparte su género con otras dos especies y la familia Chelydridae con otro pariente; Macrochelys temminckii o Tortuga aligátor es la única especie de este género.
Habita los cursos fluviales y masas de aguas dulces y salobres de Estados Unidos. Su escasa capacidad natatoria es compensada por su habilidad para andar con sigilo por el lecho de los ríos; es muy infrecuente avistar a esa especie en su hábitat natural debido a que pasa gran parte de su vida al acecho de nuevas presas en el fondo del cauce fluvial, dedicando escasos minutos diarios a tomar el Sol cerca de la orilla.
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Una especie en regresión |
Su amplia gama de presas garantiza a la Tortuga mordedora que rara vez pasará hambre; su alta tolerancia a los vertidos tóxicos que frecuentan los ríos norteamericanos la hacen un animal muy resistente a pesar de que su estado actual es Vulnerable y está amenazada en muchos de los enclaves en los que habita, debido a la acción remodeladora que el hombre tiene sobre los ríos, construyendo embalses y desvíos, donde antes había riachuelos poco profundos. Su capacidad de adaptación a estos hábitats artificiales es muy limitada.
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Un “Dinosaurio” del siglo XXI |
Pocas cosas son comparables al impacto visual y emocional causado por el avistamiento fugaz de una Chelydra serpentina en su hábitat natural, su sobrecogedor aspecto y terrorífica fama hacen de ella un verdadero Dinosaurio moderno, al cual debemos saber conservar.
Por Xinquer.